QUERERME COMO TE QUIERO A TI
Salida de sol con el Mont Blanc al fondo (Alpes) |
QUERERME
COMO TE QUIERO A TI
Quisiera
quererme
como te
quiero a ti.
Me doy
cuenta que
siempre
me he deseado,
pero no
como te deseo a ti.
Vivirme
como se vive el amanecer.
Pero para
vivirme
necesito
morir este cuerpo
arcaico
y pesado.
Sentirme
y amarme
como te
amo a ti,
de una
manera física,
fálica,
potente.
Sentir
como entro en erección
al
saberme cerca de mí.
¡Ah,
que placer
y que
libertad amarme así!,
sin
prisas, acariciando
cada
pliegue de mi mente,
cada
palabra, cada mirada.
Amarme
como te amo a ti,
pero
para ello preciso ser tu,
y lo
que más deseo, … es ser yo.
Amarme
sin límites,
como se
ama al aire,
y
sentir la calidez de tu aliento
recorriendo
mi cuerpo…,
como
cuando siento
tu mano
en mi mejilla,
deslizándose
como lo harían
tus
palabras secretas,
esas
que solo conocemos
aquellos
que no precisamos oírlas.
Acaricio
en mi mente
el
deseo de ti,
e
involucro en él a mi alma,
pues ya
no habrá amor sin ella.
Se
acabó, no más…,
desde
hoy seré un huracán;
adormecido,
sí, pero huracán,
presto
para el fuego,
y con
mi impetuosidad
crearé
remolinos
de
cromática quietud,
que
solo verán aquellos
que no
precisen verlos,
y éste
lo creo ahora para ti,
porque
tengo ganas de sentirlo yo.
Dámelo,
no te escondas ya más
tras el
huevo crisálido
de la
transmutación.
Sal y
salpícate
con la
bruma
de las
olas de mi vida,
lánzate
sobre ellas
y
embriágate de la nada
que las
llena.
Ven,
dancemos,
armonicémonos,
sintamos
como se
hermanan
nuestros yos.
¡ Ah,
como me gustaría amarme
como te
amo a ti, … amada!,
y
apasionarme como
me
apasionas tu.
Solo
hay un ahora y aquí
y la
vida es vivir en ello,
pero
¿Qué me importan,
si al
vivirlo los pierdo?
A mí lo
que me importa
es
sentirme y vivirme,
pues en
mí todo se contiene.
¡Ah,
cuanto me gustaría sentirte en mi,
y que
poco temor tengo de ello!
Ven,
acaríciame,
extiende
tu mano
y
penetra en mi,
hazme
sentir
como
nunca nadie
logró
hacerme sentir,
no te
quedes en la piel,
penetra
hasta el alma,
destila
cada suspiro,
cada
caricia,
con el
alambique del deseo,
y
ofrécemelos en el altar
del
sacrificio innecesario,
no te
pierdas en análisis,
ven,
que tengo un mundo
precioso
para darte,
donde
los desiertos
no
precisan agua
porque
están satisfechos
con su
sequedad,
y de la
fuente brota el agua
sin
preocuparse a donde irá.
Ven
cariño, ven,
que
fuera hace frío,
ven.
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