VEN

VEN

Sacudid el polvo de las sandalias

y venid al agua clara,…

dejad la sal en el mar

y acudid al nuevo bautismo,

donde las penas se diluyen

y el vientre se relaja.

Abandonad la miseria dialéctica

del pensamiento constante,

y venid al gozo indolente

del aliento satisfecho.

El tiempo murió hace tiempo

herido mortalmente por la nostalgia,

pero sigue reptando

por la ciénaga de la esperanza.

Una espera constante que no cesa,

ni halla cauces que la sosieguen.

No sale el Sol

aunque tu lo veas,

ni bajo tus pies hay tierra,

solo esta placidez

que alcanza la existencia.

Desperézate y alza tu alma

hasta la séptima estancia

donde se vierte generoso

el dulce ámrita que embriaga

a las almas mas sabias.

Ven, abandona el antiguo aliento,

exhala la vida y ven.